Quizás lo que debería preguntarse dentro de su cebolletismo, es porque se le hace aburrida, teniendo en cuenta que a día de hoy, se siguen haciendo producciones respetando los patrones de clásicos del estilo, (no hay más que escuchar las últimas producciones del propio Víctor Ark entre otros) y dado que la música electrónica vive su época de mayor difusión en circuitos comerciales. Además se debería acotar el significado de lo que realmente se entiende al mencionar el termino dance, puesto que cuando la gente se refiere al fenómeno que comúnmente se denomina remember, se suele englobar a gente tan variopinta como David Morales o Mauro Picotto pasando por Snap! o Whigfield, que no presentan una concordancia sonora. Cuando se realizan ciertas afirmaciones, hay que dotarlas de una base teórica. Estoy muy cansado del típico discurso "la música de hoy no vale nada". ¿Qué música? ¿La que escuchamos en las radios o en la televisión? ¿Acaso "Something More" de Ralph tiene algo que envidiarle a "Saturday Night" de Whigfield? Con todos los respetos, más quisiera la danesa llegar a esas cuotas.

La clave es renovarse o morir. Está claro que subjetivamente, cada persona es muy libre de consumir con asiduidad el estilo que le plazca, pero tampoco es menos cierto que la crisis discográfica y por ende radiofónica del año 2004, a muchos les cogió con el pie cambiado. Acostumbrados del servicio a domicilio radiofónico (al que muchos se niegan a renunciar), de la noche al día se impuso el Broadcast Yourself de YouTube. Música de todos los estilos la sigue habiendo, pero hay buscarla. Ya no son las radios las que nos la reponen a diario, hasta grabarnos la canción en cuestión en la memoria. Esa función nos corresponde a nosotros vía smartphone, MP3 o artefactos similares. Está claro que además de resultar menos ergonómico, hay que echarle tiempo y ganas. Personalmente, y con la perspectiva que da el tiempo, nunca le estaré suficientemente agradecido a las radios por su particular cataclismo, ya que esto me permitió abrirme a nuevas tendencias sonoras, a las que probablemente nunca habría prestado atención, si a día de hoy siguiese escuchando la fórmula de la radiofórmula X.

Y ojo, porque vivimos los tiempos de las autopistas de la información. Los hábitos de consumo han cambiado. El streaming y las filtraciones se imponen. La "payola" ha desaparecido. Mandan los consultoras frente a unas decadentes discográficas. Primero se crea el éxito, para a continuación radiarlo como procedimiento inverso de lo que sucedía en los 90. La tendencia de remangarse y buscarse la vida se acentuará con el paso del tiempo. Eso, o comer la lentejas mainstream.

Saludos Musicales.

Ojo, son fenómenos de calado porque no hay otro canal para informarse. En los 80, Isabel Gemio le espetó una frase demodedora a José Antonio Abellán (dj estrella de los Principales entonces) en una entrevista: "lo que no suena en los40 no existe". Hoy es al revés, las radios están pendientes de la listas internacionales y de streaming para decidir lo que programan.

El termino exacto no es esfumados (sic). Más bien usaría transformados. Descubrir una canción según se filtra tiene la misma magia a esperar que te la presente el locutor de turno. Incluso hemos ganado en inmediatez. Como dije en mi anterior mensaje, los hábitos de consumo han cambiado.

Esa sensación ha existido desde que los Kraftwerk difundieron la electrónica a principios de los 70. Desde entonces, ya está todo "inventado" en la música más allá de derivaciones posteriores. Contaban Fangoria en una entrevista, que en los 80 ya se decía que lo que valía era lo de los 60 y que los buenos eran los Beatles. Y desde entonces, aquí seguimos. Descubriendo canciones geniales cada día.